Debido a la pandemia que cruza el mundo, hemos pasado unos meses duros, el presente de la música en directo y del audiovisual es difícil y el futuro incierto, pero no queda otra opción que reinventarse.
El pasado 4 de julio el festival Kalikenyo Rock celebró lo que fue su edición 2020 y lo hizo de una manera muy especial, tres conciertos con muy poco público y sentados en sillas. Venía a sustituir de alguna manera el festival de tres días que tendría que haberse celebrado unas semanas antes.
Debido a que miles de personas no iban a poder ir hasta Juneda, el festival decidió llevarles Juneda a sus casas, los conciertos se iban a retransmitir en directo vía streaming y nosotros seríamos los responsables de ello.
La primera impresión cuando la organización nos explicó su idea y nos propuso llevarla a cabo, fue de sorpresa. Nos lo planteamos como un reto, hemos grabado cientos de conciertos, realizado algunos y tocado levemente los streamings, pero nunca un evento así con multicámara, realización en directo y retransmisión en directo al momento para todo el mundo. El reto era difícil, pero a la vez una motivación e íbamos a poner todos nuestros esfuerzos en que saliese perfecto.
Lo primero fue buscar el mejor equipo, tanto técnico como humano, revisar todo lo necesario y sobretodo mucha organización para que no faltase nada. Después de tantos meses sin conciertos parecía que iba a costar coger el ritmo, pero esto no se olvida y menos cuando te lo ponen todo tan fácil como el equipo del Kalikenyo Rock.
Esa misma mañana la cosa no pintaba bien, se cerraba la comarca del Segrià y Juneda estaba al lado, pero la gente del Kalikenyo Rock no se echan atrás fácilmente. Una vez allí parecía como si no hubiese pasado el tiempo, otra vez las pruebas de sonido, pasar cables, probar cámaras y chequear que todo funcione correctamente.
Pese a pequeños problemas leves, a las 21h todo empezaba, el primer concierto arrancaba y ya estábamos en streaming, en nada se llegó a las 600 personas concurrentes y de ahí casi que no bajó durante las más de cuatro horas de streaming, en total casi 8.000 personas vieron algún momento de los tres conciertos que se hicieron: Liberum, KOP y Kaos Urbano lo dieron todo y el público pese a estar sentado disfrutaron al máximo.
Finalmente alrededor de las 2:30, Kaos Urbano acabó su concierto y con ellos el streaming, había sido todo un éxito, tanto los espectadores desde sus casas como la organización estaban contentos con el resultado y nosotros igual.
La vuelta a los escenarios había sido difícil y para nosotros un gran reto, no sabemos cuando volveremos a la normalidad, pero con eventos y festivales así todo es mucho más fácil.